Integrar un edificio en el paisaje es una tarea complicada y no siempre acertada. Un recurso muy usado es el de "agujerear" el edificio para que asome el paisaje. Estos son unos ejemplos, que cada cual lo califique, por lo menos llamativos sí son. El primer caso es la solución que se adoptó en un pueblo de montaña en pleno cordillera Pirenaica; el segundo en un ensanche de la ciudad de Madrid; y el tercero está en una ciudad de Thailandia.
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